Las preocupaciones sobre la fragmentación económica y financiera a escala mundial se han agravado en los últimos años en medio de las crecientes tensiones geopolíticas, las tirantes relaciones entre Estados Unidos y China, y la invasión rusa de Ucrania.
La fragmentación financiera tiene implicaciones importantes para la estabilidad financiera mundial al incidir en la inversión transfronteriza, los sistemas de pagos internacionales y los precios de los activos. Esto, a su vez, alimenta la inestabilidad a través de un incremento de los costos de financiamiento de los bancos, una disminución de su rentabilidad y una menor oferta de crédito al sector privado.
Efectos sobre la inversión transfronteriza
Las tensiones geopolíticas, medidas por la divergencia en las tendencias de voto de los países en la Asamblea General de las Naciones Unidas, pueden afectar en gran medida a las asignaciones transfronterizas de cartera de inversión y crédito bancario, como escribimos en un capítulo analítico del último Informe sobre la estabilidad financiera mundial.
Un incremento en las tensiones entre un país inversionista y un país receptor, como entre Estados Unidos y China desde 2016, reduce las asignaciones transfronterizas bilaterales totales de inversión de cartera y crédito bancario en aproximadamente 15%.
Los fondos de inversión son particularmente sensibles a las tensiones geopolíticas y tienden a reducir las asignaciones transfronterizas de capital, en especial hacia países con unas perspectivas en materia de política exterior divergentes.
Esto implica que las crecientes tensiones geopolíticas entre países podrían provocar salidas transfronterizos de capital —incluida la inversión directa—, con un efecto más pronunciado en las economías receptoras de mercados emergentes y en desarrollo que en las economías avanzadas.
Riesgos para la estabilidad financiera
Las tensiones geopolíticas ponen en riesgo la estabilidad financiera a través del canal financiero. La imposición de restricciones financieras, el aumento de la incertidumbre y los flujos transfronterizos de salidas de crédito e inversión desencadenados por la escalada de tensiones podrían incrementar los riesgos de refinanciamiento de deuda y los costos de financiamiento de los bancos. También podría incrementar las tasas de interés de los bonos públicos, reducir los valores de los activos bancarios y sumarse a sus costos de financiamiento.
Al mismo tiempo, las tensiones geopolíticas se transmiten a los bancos a través de la economía real. El efecto de las interrupciones en las cadenas de suministro y los mercados de materias primas sobre el crecimiento y la inflación nacionales podría exacerbar las pérdidas crediticias y de mercado de los bancos, lo que reduciría aún más su rentabilidad y capitalización. Es probable que la tensión disminuya la capacidad para asumir riesgos de los bancos y les empuje a recortar los préstamos, lo que lastraría aún más el crecimiento económico.
Los canales financiero y de la economía real se alimentarían mutuamente, y el efecto total sería desproporcionadamente mayor para los bancos de las economías de mercados emergentes y en desarrollo, así como para aquellos con menores coeficientes de capitalización.
A largo plazo, la mayor fragmentación financiera derivada de las tensiones geopolíticas también podría agitar los mercados financieros y los principales indicadores económicos y del mercado financiero al limitar las posibilidades de diversificación internacional de riesgos, por ejemplo, al reducir el número de países en que pueden invertir los residentes nacionales.
Cómo contener los riesgos
Los supervisores, los reguladores y las instituciones financieras deben ser conscientes de los riesgos para la estabilidad financiera derivados de un posible aumento de las tensiones geopolíticas y deben comprometerse a detectar, cuantificar, gestionar y mitigar dichas amenazas. Comprender y vigilar mejor las interacciones entre los riesgos geopolíticos y los más tradicionales —los riesgos crediticios, de tasas de interés, de mercado, de liquidez y operacionales— podría ayudar a evitar las consecuencias potencialmente desestabilizadoras de los acontecimientos geopolíticos.
Para formular directrices prácticas para los supervisores, las autoridades deben adoptar un enfoque sistemático que utilice pruebas de tensión y análisis de escenarios para evaluar y cuantificar los canales de transmisión de los shocks geopolíticos a las instituciones financieras.
Otras medidas incluyen:
- En respuesta a los crecientes riesgos geopolíticos, las economías que dependan del financiamiento externo deben garantizar un nivel adecuado de reservas internacionales, así como colchones de capital y liquidez, en las instituciones financieras.
- Las autoridades deben reforzar la preparación ante crisis y sus marcos de gestión para hacer frente a la posible inestabilidad financiera que surja del aumento de las tensiones geopolíticas. Los mecanismos de cooperación entre distintas autoridades nacionales deben continuar para ayudar a garantizar la debida contención y gestión de crisis financieras internacionales, en especial mediante el desarrollo de mecanismos eficaces de resolución de instituciones financieras que operan en varias jurisdicciones.
- La red mundial de seguridad financiera —un conjunto de instituciones y mecanismos que protege frente a crisis y asegura financiamiento para mitigar su impacto— debe reforzarse mediante acuerdos de asistencia mutua entre países. Estos acuerdos incluirían redes de protección regionales, swaps de monedas o mecanismos fiscales, así como líneas de crédito precautorio de instituciones financieras internacionales.
- Frente a los riesgos geopolíticos, los esfuerzos de los órganos reguladores y normativos internacionales, como el Consejo de Estabilidad Financiera y el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, deben continuar su labor de promoción de normas y regulaciones financieras comunes para evitar un aumento de la fragmentación financiera.
Por último, las autoridades deben ser conscientes de que imponer restricciones financieras por razones de seguridad nacional podría tener consecuencias imprevistas para la estabilidad macrofinanciera internacional. Dados los importantes riesgos para la estabilidad macrofinanciera mundial, deben redoblarse los esfuerzos multilaterales para reducir las tensiones geopolíticas y la fragmentación económica y financiera.